“…Durante su séptimo día de vida, Belinda asistió a un episodio que la dejó helada y, en alguna medida, condicionó su vida: una señora de gran estatura que estaba en la calle, aparentemente tranquila, comenzó a tener espasmos y, tras varios intentos de reponerse sin éxito, ocurrió algo inaudito. Belinda no había visto algo parecido en sus escasos días de existencia. Le entraron ganas de vomitar y un sudor frio le recorrió todo el cuerpo al ver cómo aquella señora daba a luz allí, en plena calle, a unas cuantas niñas, todas ellas de color, como casi todas las que conocía…”

“… El cielo, inminente testigo del relevo entre el sol y las estrellas, estaba completamente gris, casi negro. No tan gris y no tan negro como lo estaba el espíritu de Sancho que permanecía sentado en el sofá de la estancia contigua a aquella donde su hermano Ariel, con sus mejores galas, maquillado para la ocasión y perdido cualquier aliento de vida, yacía esperando el silente transcurrir de las diecisiete horas que restaban hasta su propio entierro…”

“…Arbeit macht frei. La vida es horrible en Auschwitz, difícil de narrar. Todo tipo de atrocidades se suceden diariamente. Ranel siente la triste compañía de la soledad desde que su familia fue extirpada de su vida para siempre; ocurrió en el mismo momento en el que iniciaron el aciago viaje. Vive de nuevo un conflicto interno de emociones y sentimientos. Dios o vida. Fe o amor. Salvación o familia…”